jueves, 5 de mayo de 2016

Abriste la puerta, te dejé marchar.

Cúlpame de nuestro fracaso, di que yo guarde los recuerdos en una maleta y los tiré al mar. Grita que ya no te quiero, que no luché. Miéntete si así piensas que vas a sentirte mejor pero yo quería revivir momentos y crear miles nuevos a tu lado. Llenarte de caricias cuando el Sol se escondiera y besarte la sonrisa cuando la Luna durmiera. Tú querías huir de mis brazos rumbo a otro lugar, yo solo puse el valor que te faltaba para echarte a volar.

No juegues con las heridas que quedan después de los fracasos y, aunque siempre odiaste el calendario, me debes un tiempo de tregua. Estoy en guerra contra el pasado, contra lo que ya no nos pertenece y sólo quiero que todas tus miradas se borren de mi ser.

Eres lluvia en el desierto, ese soplo de aire fresco en verano. Eres la mano que levanta al caído y la boca que calma los miedos, pero todo eso ahora son cenizas que se esfuman y no hay manera de avivar las llamas que una vez calentaron nuestro hogar.

Gracias por recordarme que en la vida siempre se pierde cuando se empieza a ganar y que las cicatrices vuelven a latir cuando suena el vals del desamor.
Si ya lo dijo Serrat: esta vez yo quería quererla querer y ella no.

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