viernes, 15 de abril de 2016

Grano a grano.

Convertiste nuestros mares en desiertos. Grano a grano, pincelada a pincelada, cubriste cada rincón de nuestro hogar con una versión apagada, fría y solitaria de la felicidad.
Avivaste las llamas del rencor y el odio. Los miedos encontraron en mi un buen refugio donde acomodarse y mis ojos se llenaban con frecuencia de lágrimas ardientes.
Me quemaban hasta las puntas de los dedos al escucharte y no podía soportar el odiarte.

Grano a grano, gota a gota, destilé cada te quiero que sentí.
Grano a grano, minuto a minuto, todo lo bueno se transformó en pesadillas que no dejan dormir.

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