sábado, 10 de diciembre de 2016

De lo malo con lo bueno.

Buscando la salida, persiguiendo mis quimeras, escribiéndole a la Luna, paso noches enteras.
Perdida en las prisas, huyendo del lamento, bordeando la cornisa, hablándole al silencio.
Café con leche y sola, humo en las habitaciones, madrugadas de roncola, madrugadas de rencores.
Esquivando el precipicio, luces con intermitencia, alejándome del ruido,  odiando la dependencia.
Atajando por caminos, que conducen a la nada, el vacío es buen amigo, no me deja en la estacada.
Balbuceo la respuesta, de preguntas que no entiendo, me desborda tu ausencia, de tu voz ya solo hay eco.
A trompicones por el pasado, dejando huellas de sangre, por la vida con cuidado, muchos intentarán dañarme.
El futuro en la cabeza, le sonrió al calendario, lleno el vaso de cerveza, lo mejor aún no ha llegado.

jueves, 20 de octubre de 2016

Estoy cansada.

Estoy cansada del ángel que me pide buena letra y del diablo que me tienta a quemar el papel.
Estoy cansada del que juzga y del que jura no hacerlo, de las voces por la noche que por el día se transforman en miedo. Miedo irracional a vivir, a perderme, miedo a no encontrarte, a sentirme insuficiente.
Estoy cansada de caminar y que todos observen mis pasos, los mismos que critican cuando lo intento, pero no avanzo. Estoy cansada de que den ejemplo aquellos con la piel limpia, ole tus cojones, pero no entiendes mis heridas, ni sabes nada de cicatrices que se abren a medianoche, ni de las ojeras que llevan el nombre de lo que se van y no vuelven.
Estoy cansada de las sonrisas en Instagram, cinco minutos de felicidad al día y quieres aparentar que son más. Que la tristeza no es una elección, es una putada, y la alegría son momentos que se guardan mejor en el corazón que en la cámara.
Estoy cansada de recordar mis sentimientos, de follarme a los cuadernos en modo salvaje, rompiéndolos y haciéndome sangrar, sacando cada gota de dolor y rabia que hay en mi.

Estoy cansada de tomar el café a solas por las mañanas y otras celebro mi soledad, ¿que puedo decir? Soy humana... Soy humana y a veces mi semana es una escala de grises mal coloreada y otras salto por el arco iris sin red pero con alas hechas de ganas.

lunes, 10 de octubre de 2016

Hace.

Hace mucho que me escondo y no sé porqué razón me busco en tus vacíos.
Hace mucho que me encuentro y no sé porqué razón me escondo en mis vacíos.

Hace poco que he aprendido a mirar la vida a mi gusto, pero aún voy por la primera lección y si son tus ojos los que no me miran, se complica la ecuación.
Hace poco que he olvidado nuestros cruces de miradas, pero en cada esquina del recuerdo se reescribe esa página.

Haces falta, me hago falta, te hago gracia, me voy y no te marchas, extraño tus carcajadas, lloras hasta el alba, nos echamos en falta. Vuelvo y te vas aún estando a mi abrazada.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Rubia.

Puso su vida en manos de la rubia y sus pasos seguían las luces de neón. Encalló en barras llenas de corazones vacíos y sus labios besaban la espuma cortándose a cada trago.
Sujetaba con fuerza el vaso, suspiraba y jugaba con cualquier servilleta mientras pensaba en escribir sus últimas palabras encima del "gracias por su visita." Y es que eso fue su vida, una visita al cielo que cambió por una habitación con vistas al infierno. Buen lugar para convivir con sus demonios, mal lugar para remendar sus alas.
Mantenía la sonrisa intacta durante las primeras horas, pero alcohol pronto ahogaba su alegría en vez de sus penas. Sobreviviente en su propio naufragio, convencido de ser dueño de sus vicios, tentaba a la suerte y se dejaba llevar, hasta que la vida se cansó de darle oportunidades y le echó el freno de golpe. Quizás él buscaba el final pero la cobardía sólo le dejaba avanzar hacia el a pasos cortos o quizás sólo era un niño inconsciente disfrazado de adulto cabal.

Ya no importan los motivos ni razones, ya no importa porque se dejó matar, solo importa que los bares no le lloran y soy yo quien se necesita remendar.

domingo, 21 de agosto de 2016

Sonrisas.

Observa las miradas, todas las sonrisas que esconden personas tristes. Piensa en todas las historias que tienes a medias, que se quedaron en el camino, guardadas en el baúl de los "quizás" cogiendo polvo en la estantería de los "ojalá"
Recuerda cada paso que no diste por miedo y las veces que te sigues frenando sin saber ni siquiera porqué.

Yo me callo, y sonrío aunque siga siendo una persona sumamente triste porque aún estoy llena de esperanza, porque sé que rozo con mis dedos los sueños que siempre quise cumplir.
Ya no existe más miedo que volar sin un par de sonrisas cerca. La tuya y la mía, la mia sin ti.

sábado, 6 de agosto de 2016

Más fría, menos seria.

Hace mucho que no te escribo, quizás porque ya he aceptado que no vas a leerme. Hace mucho que no te lloro, quizás porque ya he aprendido que así no vas a volver. Hace mucho que estoy intentando no mostrarme triste por tu ausencia, quizás porque me he dado cuenta del dolor que provoco. Nunca me ha gustado ceder mi peso, enseñar mis heridas, hablar de mis cicatrices aunque cada vez haya más momentos de debilidad.

Hace poco que me he planteado vivir sin que me maten, morir en un segundo y sonreír en el siguiente. Hace poco que me he planteado quererme, motivarme sin necesidad de aplausos y volver a tomar el rumbo que perdí entre labios y cerveza.

De tu marcha no sé si hace poco o mucho tiempo, pero si sé que, desde entonces, no he vuelto a ser la misma.

domingo, 31 de julio de 2016

Perdón.

Perdón por el miedo y la tristeza, por la certeza que duda y por los días en ayunas de sonrisas. Perdón por los silencios a destiempo, por los gritos en otras camas, por los abrazos forzados y por los amaneceres en otros labios. Perdón por esquivar las calles que me llevan a tu plaza, por correr en dirección contraria a tus palabras, por el ego y la arrogancia. Perdón por quitarte los sueños, por vestirte de pesadillas, por buscarte en cada trago y recordarte con cada copa. Perdón por las madrugadas esclavas del pasado, por las pestañas al aire pidiendo respuestas, por las ventanas rotas a golpes de rabia y por el cenicero lleno de preguntas. Perdón por ser la pieza que no encaja, por tener el alma a oscuras, por las promesas echas pedazos y por las nubes de rencor que inundan mi cielo. Perdón por echarte de menos, por echarme de más, por echarte en cara mis fracasos y por echarme la culpa de tu naufragio. Perdón por elegir mal la dirección, por vivir de mentiras y morir de dolor. Perdón por tropezar con la misma piedra siempre, por inventarme el mapa y por ignorar el viento y el rumbo.
Perdón por ser de todo menos tuyo.

sábado, 30 de julio de 2016

Eres la chica.

Eres la chica más bonita del lugar estemos donde estemos. Eres la chica a la que todos creen conocer pero, en realidad, nadie tiene ni puta idea de como eres, de lo que escondes, de lo que quieres, de lo que vales. Eres la chica que se esconde pero que lucha cuando tocan lo que no deben tocar. Eres la chica que se sonríe en el espejo antes de salir de casa pero que vive conteniendo las lágrimas cuando ve su reflejo. Eres la chica con carácter que se derrite con un abrazo. Eres la chica que necesita ruido constante para huir de sus pensamientos. Eres la chica que, sin admitirlo, necesita que la protejan, que la quieran, que la mimen, que la escuchen, que la cuiden y, ante todo, que la comprendan y no la juzguen.

Eres la chica que quiero tener cerca siempre.

jueves, 21 de julio de 2016

Habitación 121.

El paraíso lo encontré en un hostal cualquiera, yo perdiéndome en tus piernas y tú pidiendo que siguiera. Recorriendo todo tu cuerpo, sin detenerme en tus fronteras, el peaje fueron besos y tus labios carretera. Las sábanas blancas el lienzo donde retratar nuestra guerra, tú sudando, yo gimiendo, en ese techo mil estrellas. Los lunares de tu cuerpo iluminando los rincones y yo jugando con mi lengua, borrándote a lametones. Acaricias mi entrepierna, yo gritando que me folles, te sumerges en mi sexo, sientes mi carne caliente, tus dedos se abren paso al compás de mis caderas, movimiento que me agita, desde dentro me aceleras. Muerdo tu pecho desnudo, me cabalgas y me llenas, el placer desborda la cama y te aprieto con más fuerza, con tus gestos y tus manos, con mi piel encima tuya, con mis labios siendo tuyos y tu boca siendo mia. Con mis uñas en tu espalda, con mis ganas en tu oído, te estremeces mientras bajo comiéndome hasta tu ombligo. Me aferro a tus mulos, me adentro en tu ser, te embisto con fuerza, mueres de placer. Las paredes testigo de mis viajes por tu vientre, de tus arañazos por mis pieles, de cada jadeo ardiente. Inundada la cama de pasiones y sueños, se despide la Luna, un cigarro y un te quiero.

sábado, 9 de julio de 2016

Hoy.

Hoy voy a escribir por todos los que se han ido antes de tiempo. Aquellos que volaron para perderse en la nada dejando un vacío imposible de llenar. Aquellos que se despidieron sin yo saberlo, convirtiendo en eco cada palabra dicha. Aquellos que se han grabado a fuego dentro hasta el punto de quemarte hasta cuando estás feliz. Aquellos que enseñaron tanto que jamás pude aprenderlo todo. Aquellos que nunca serán sustituidos, porque es imposible.

Hoy, con aquello que te mató, brindó por ti, por mi, por lo que vivimos y por lo que tengo que vivir sin ti.
Gracias por tanto.

lunes, 4 de julio de 2016

Dónde sea, siempre tú.

En el abismo de mi vida tus ojos la escapatoria para noches de lágrimas y lluvia en la cristalera. En el laberinto de mis dudas tu sonrisa es la señal precisa para enterrar de golpe todos mis pasados. En los cruces del destino tus manos son las que empujan hacia el camino correcto, inyectando fuerza y ganas a un corazón cansado de latir a solas. En el punto en el que caigo tus abrazos reconstruyen cada rincón partido de mi alma y un puñado de besos calman a todas las bestias que se nutren de mi tristeza. En nuestra cama la tregua para los silencios que matan y la guerra para un cuerpo dispuesto a ganar esta batalla. En el primer sol de la mañana tus palabras recordándome que puedo comerme el mundo y que si empiezo por ti, la felicidad será la compañera de viaje. En el cuaderno del recuerdo los escritos sobre besos con lengua, caricias a media luz y mordiscos bajo la Luna que compartimos tantas veces.

jueves, 30 de junio de 2016

Sonreír sin ti.

- Hola ¿qué tal estás?

- Hola, bien, ¿y tú? (La verdad es que he vuelto a sonreír aunque ya no estés por aquí. He bebido creyendo que iba a gritar tu nombre por cada calle, pero al final me sumergí en el silencio de unos labios. Me he acordado de ti a cada paso y nos he llorado mucho. Te he maldecido cien veces, a ti y a tu nueva vida. He descubierto un par de canciones que llevan tu nombre y de fondo nuestra historia. Te he escrito mucho, aunque no me hayas leído y, para que mentir, he sonreído al leer tu nombre en mi móvil. Me gustaría creerme que todo esto no importa y que la Luna ya no tiene que consolarme cada noche pero no puedo mentirme. Puedes estar tranquila, ya no duele como antes, ni cada segundo del día lo dedico a tu sonrisa. Ahora te recuerdo a trompicones, un poco como fue lo nuestro, ya sabes, nos nutrimos de una ilusión que se consumía con cada kilómetro. ¿Sabes? Resulta muy triste sonreír sin ti, pero ahora estoy tan ocupada queriéndome que cada vez te pienso menos. Gracias por abrirme los ojos.)

- Yo también bien, me alegro mucho.

- Gracias, y yo por ti. (Aunque no del todo. Ojalá te rompieras de vez en cuando recordando mis besos y que quisieras retroceder para dormir conmigo una vez más. Ojalá me echaras de menos como yo lo hago y que todo esto se acabara por tu puta cobardía. Ojalá volvieras con lágrimas en los ojos, jurándome que vas a echarle el valor que te faltó. Ojalá te resulte tan triste como a mi sonreír sin tenerme cerca.)

miércoles, 8 de junio de 2016

No quiero pero sí.

No quiero que vuelvas, pero tampoco que te marches del todo.
Quiero que me digas que me echas de menos, pero no sería capaz de creerte.
No quiero que me hables, pero tampoco que me olvides.
Quiero que seas feliz, pero no sería capaz de soportarlo.
No quiero sacarte de mi vida, pero tampoco quiero que la llenes por completo.
Quiero que sientas por mi exactamente lo mismo que yo por ti, aunque ya no lo sepa ni yo.

miércoles, 1 de junio de 2016

Antes lloraba por mujeres, ahora lo hago por ti.

La muerte te invitó a bailar y te fuiste para siempre y yo aquí, buscándote en los restos de mi ruina, curándome las heridas a las que siempre echan sal...
Y te juro que he intentado levantarme de un salto, que te sientas orgulloso de mis pasos pero, papá, no puedo soportar tanto silencio cada vez que quiero hablarte y sólo me escucha tu recuerdo.
Mándame la llave de la puerta de tu cielo, que subo hasta las estrellas para decirte esos te quieros que por el ruido de fuera se han quedado aquí dentro. Tan dentro que se clavan y desangran, son demasiadas palabras las que tenía guardadas para ti y que al final no fueron nada...

Se rompieron los pilares de mi vida, mis salidas de emergencia, mi reflejo en el espejo. Se rompió mi mirada, mi gesto, mi alma y ahora odio todas las calles que llevan hasta tu casa pero no hasta ti.
Fuiste luz sin yo saberlo, fuiste mi faro sin quererlo. Te fuiste y yo me quedo.
Te fuiste y yo ni quiero ni puedo aunque debo.

Desde entonces, en cada esquina de mi vida, miró hacia atrás primero, por si vienes y me dices que no es el camino bueno, por si vienes como el viento y me empujas de nuevo.


jueves, 26 de mayo de 2016

Equilibrista de tus dudas y mis miedos.

Si te quiero es porque siento que este fuego no se apaga, que necesito tu cuerpo en las noches que me matan, que he tocado tu piel con tanto miedo entre mis dedos, que no puede ser verdad la valentía que me llevo. Que tus labios son la cárcel donde se muere mi frío, y tu sonrisa es el viento que sacude mis sentidos, que yo tan sólo quería ser tu abrigo en este invierno, el refugio de tus penas cuando sólo ves tormento. Me mirabas con las ganas de quien sólo ve salidas, y te metías tan dentro que tus ganas eran mías, yo le gritaba al tiempo que a tu lado lo invertía, pero me ha contestado que tan sólo lo perdia.
Aposté mi vida entera jugando con tus cartas, doblé el sentimiento cuando tú te retirabas, el fin y el principio lo he dejado en tu cama, le aullo a la Luna que todavia me haces falta, y a ver cómo repongo el vacío que has dejado, a ver cómo camino sin tenerte ya a mi lado, a ver cómo respiro sin tener tu olor cerca, a ver cómo pago la fianza de mi condena.
La culpa fue mía por meterme en tus abismo, la culpa fue tuya por ser como un precipicio, no culpo a la distancia que siempre nos separaba, culpo a mi corazón por perder otra batalla. Que la vida no es justa pero contigo tenía sentido, que cerca de tu boca sólo hablaban los latidos, que el mundo no importaba si tenía tu cuerpo, que muero poco a poco si pienso que no lo tengo.
Te escribi mil versos y ahora pierdo los papeles, porque te regalé poemas pero tú ya no los quieres, y recito en madrugadas todo lo que llevo dentro, lloro cada palabra que te plasmo en el cuaderno. Y porqué gastar palabras con quien no quiere leerlas, y porqué soñar contigo si ya tengo la certeza, de que nunca tuve un hueco en el fondo de tu alma, sólo un balcón con vistas a alguna de tus madrugadas, y porqué seguir sufriendo por ojos que me mentían, y porqué seguir pensando que eras tú quien perseguía, a mis fantasmas y temores pa'matarlos en la esquina, de todas las decepciones que acumulé en su día. Que tal vez me he equivocado al intuir tus miradas, que tal vez nuestra historia sólo era inventada, pero si no era cierto porqué duele este final, porqué te echo tanto de menos si nunca fue real.
Ahora busco las llaves que me lleven a otros cielos, pero no quiero las nubes si no puedo tener tu pelo, que la vida me ha vendido tantos destinos distintos, que sólo en tu estación he enterrado los capítulos. La hoguera del recuerdo no se apaga con la marea, estoy sola en la playa porque no tengo tu arena, la espuma de las olas se llevan tu compañía, demasiado silencio en las costas de mi vida.
Sufro con los cambios que me ha traído el viento, gritando tu nombre sólo contestó el eco, no quiero perdones ni escuchar ningún lo siento, sólo quiero llenar de flores mi desierto. Tocabas con dulzura melodías que calmaban, cicatrices dormían cuando tú me acariciabas, no había pesadillas con tus manos en mi espalda, no había malas rachas si tu sonrisa brillaba.
Ahora no queda nada de todo lo que soñamos, ya no hay nervios en andenes ni paraísos a tu lado, no habrá más billetes de tren en la cartera, ni viajes de horas que desgastan pero llenan.

lunes, 23 de mayo de 2016

Dime.

Dime que las canciones tristes te recuerdan a mi, pero que aún sonríes al recordar lo que vivimos.
Dime que no eres capaz de pensar en otros labios porque todos llevan mi nombre.
Dime que me echas de menos en los días en los que el mundo se te cae encima y el viento está en tu contra.
Dime que te mueres por contarme cómo ha ido tu día y que marcas mi número en tu móvil pero no te atreves a llamar.
Dime que tienes un "te quiero" preparado para soltarlo cuando te pesen demasiado los recuerdos.
Dime que te despiertas y necesitas mis "buenos días" susurrado o escrito.
Dime que te gustaría retroceder el tiempo y pararlo en el momento justo en el que tienes mi sonrisa pegada a la tuya.
Dime que no quieres que me hagan feliz, que para eso ya estás tú.
Dime que no te olvide, que no nos olvides, porque tú no puedes hacerlo.
Dime que todos los trenes te hablan de mi y que las calles no huelen igual desde que no paseamos juntas.

Dime que no he sido una más en tu lista de "si, pero no" Dime que en tu libro de los "casi" yo he sido tu historia favorita. Y dime, por favor, que si te hice feliz pero no pudimos ser y ahora estamos casi rotas.

jueves, 19 de mayo de 2016

Ahora yo.

Me cansé de regar con lágrimas mis jardines marchitos y es que nada puede florecer en la oscuridad y el frío.
Me cansé de buscar la salida en tus caminos, pues los callejones espinosos no llevan a ningún lugar.
Me cansé de dejar mi destino en cuerpos ajenos, en labios que me endulzaban la vida pero siempre me dejaban con sed.
Me cansé de mi deriva, de los escombros, de las caídas, de buscar soluciones a problemas que no existían.

Ahora quiero parar la tormenta, llenar de flores mi tierra, reinventar mi rumbo, decorar mis rincones y limpiar de pasado mis zapatos.
Ahora quiero crearme una sonrisa nueva, menos rota y más real.
Ahora quiero ser todo lo que no fui.
Ahora quiero ser la única dueña de mi piel, de mis pies, de mi vida.

lunes, 16 de mayo de 2016

Luna y humo.

En la madrugada busco la Luna y mi mirada partida entre los charcos. El reflejo me escupe a la cara tras cada pisada, el barro me cubre los zapatos, el frio del pasado me hace temblar.
No hay calle en esta ciudad en la que no te haya pensado, ni esquina en la que no me haya parado deseando encontrarme contigo pero, lo único que pasa mientras mi cigarro se consume, es el tiempo y, con suerte, un niño pequeño que me sonríe y me hace sentir menos rota.
Han sido más horas sin ti que contigo y cada segundo que pasa, aumentan las palabras que quiero decirte pero que ya no vas a escuchar.

Tu ausencia es una carga demasiado pesada para una espalda que aún sangra por cada puñalada recibida.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Por todo lo que hicimos, por todo lo que faltó.

Hicimos el amor de ciudad en ciudad, sonreímos cuando el dolor se hacía insoportable, nos abrazamos como quien no quiere soltarse nunca, convertimos en mágicos momentos normales. Soñábamos con todo lo que vendría, paseábamos con la felicidad de quien lo tiene todo, hablábamos con la ilusión de a quién nunca han roto y creíamos que éramos capaces de superarlo todo.

Nos faltaron besos y bienvenidas en la estación, cervezas en la terraza y canciones para las dos. Nos faltó tiempo para conocernos, valor para afrontar los miedos y ganas para remar en la misma dirección. Nos faltaron conversaciones de lágrimas en los ojos, abriéndose en canal y contándonos todo. Nos faltó una racha de viento que nos orientara, un par de noches más largas, un paseo por la playa, una vida para dos...

domingo, 8 de mayo de 2016

Nunca fue justa la vida, pero contigo parecía tener sentido.

Sólo quería escribirte por última vez y jurarte que cada palabra fue sincera. Demostré con besos y con gestos todo lo que sentía, pero de poco valió desnudarme a tu lado si todo lo que prometías era mentira.
Me faltaron muchos miedos que contarte, aunque sé que siempre los supistes todos con una mirada. Me faltaron horas a tu lado, pero el calendario no daba tregua ni la Renfe buenos horarios. Me salté cientos de paradas hasta llegar a la tuya, pero descarrilé en el primer bache que nos puso el destino. No he tirado la toalla, la he guardado para mi. He entendido que las heridas me las tengo que curar yo sola porque tu ya no quieres hacerte cargo de mis destrozos.
No soy capaz de dar un paso sin pensar en tu sonrisa y me choco contra el suelo cuando recuerdo tus caricias a media luz.

No te preocupes por mi ruina, siempre he vivido en llamas. No te preocupes por mis lágrimas, necesito apagar este incendio. No te preocupes si me alejo, sé que pronto volveré a necesitar de ti, pero no a tus besos.

sábado, 7 de mayo de 2016

Hubo. Tuve. Llevé. Planeé. Esperé. Siento.

Ya no habrá más despedidas en las estaciones, ni arrastrar de maletas por el andén. Ya no tendré besos de madrugada, ni vistas al mar con tu mano en mi cintura. Ya no te llevaré el desayuno a la cama, ni mi mejor sonrisa al bajarme del tren. Ya no planearé veranos contigo, ni paseos por la ciudad que desembocan en lugares mágicos. Ya no esperaré tus buenos días en mi móvil cada mañana, ni que el tiempo corra para acariciar tu piel.

Ya no habrá miradas cómplices, ni abrazos que parten en dos. Ya no tendrás a quien te espere en casa, ni a quien busque cualquier excusa para escuchar tu voz. Ya no me llevarás de la mano por las calles, ni el cigarro de después a la cama. Ya no planearás sorpresas para mi, ni la forma de compartir nuestra vida. Ya no esperaras mis buenas noches en tu móvil cada día, ni que el tiempo se frene para seguir acariciando mi piel.

Me has quitado todo para no quedarte con nada y, a ver como le explico yo a lo que late, que fue buena decisión partir, aunque quería quedarme.

jueves, 5 de mayo de 2016

Abriste la puerta, te dejé marchar.

Cúlpame de nuestro fracaso, di que yo guarde los recuerdos en una maleta y los tiré al mar. Grita que ya no te quiero, que no luché. Miéntete si así piensas que vas a sentirte mejor pero yo quería revivir momentos y crear miles nuevos a tu lado. Llenarte de caricias cuando el Sol se escondiera y besarte la sonrisa cuando la Luna durmiera. Tú querías huir de mis brazos rumbo a otro lugar, yo solo puse el valor que te faltaba para echarte a volar.

No juegues con las heridas que quedan después de los fracasos y, aunque siempre odiaste el calendario, me debes un tiempo de tregua. Estoy en guerra contra el pasado, contra lo que ya no nos pertenece y sólo quiero que todas tus miradas se borren de mi ser.

Eres lluvia en el desierto, ese soplo de aire fresco en verano. Eres la mano que levanta al caído y la boca que calma los miedos, pero todo eso ahora son cenizas que se esfuman y no hay manera de avivar las llamas que una vez calentaron nuestro hogar.

Gracias por recordarme que en la vida siempre se pierde cuando se empieza a ganar y que las cicatrices vuelven a latir cuando suena el vals del desamor.
Si ya lo dijo Serrat: esta vez yo quería quererla querer y ella no.

viernes, 15 de abril de 2016

Grano a grano.

Convertiste nuestros mares en desiertos. Grano a grano, pincelada a pincelada, cubriste cada rincón de nuestro hogar con una versión apagada, fría y solitaria de la felicidad.
Avivaste las llamas del rencor y el odio. Los miedos encontraron en mi un buen refugio donde acomodarse y mis ojos se llenaban con frecuencia de lágrimas ardientes.
Me quemaban hasta las puntas de los dedos al escucharte y no podía soportar el odiarte.

Grano a grano, gota a gota, destilé cada te quiero que sentí.
Grano a grano, minuto a minuto, todo lo bueno se transformó en pesadillas que no dejan dormir.

jueves, 14 de abril de 2016

Y este corazón en guerra que no deja de preguntarse por ti..


Cada día al despertarme pienso en ti. Cada noche al acostarme pienso en nosotras.
Me regalas caos y dudas, siembras miedo y locura.
Me enseñaste a caminar y ahora mis manos están vacías sin las tuyas. No sé dar ni un sólo paso en dirección contraria al fracaso y, cariño, todo es culpa tuya.

Prometiste curar mis heridas y me abriste en canal.
Prometiste coser mis alas y me encadenaste a ti.
Ahora me desangro a ras de suelo.

Sigo arrastrándome por las calles pero aprendí a sonreír. Sigo buscando la llave que abra tu puerta pero solo en mis ratos libres. Sigo queriendo encontrarle sentido a todo esto pero cada vez con menos ganas de que, después de todo, mi destino seas tú.

viernes, 8 de abril de 2016

Felicidades, te regalo una vida nueva.

Nunca supe guiar tus pasos, ni conseguí llegar hasta ti.
Pensé durante mucho tiempo que me llevabas dentro y que era esa brújula que siempre te marcaba en el norte. Me equivoqué.
Espero que ahora, sin mis lastres y mis penas, sin mis besos en tu espalda y sin mis ganas en tu colchón te vaya mejor.

Quiero que vuelvas en un tiempo sonriendo, diciéndome que llegaste justo al sitio en el que eres feliz. Ven de la mano de quien quieras, no tendré nada que reprochar (aunque si mucho que callar)
Quiero que vuelvas más guapa que nunca, con un brillo especial en la mirada que no se apague.
Quiero que todos tus sueños se hagan realidad. Al menos así sabré que tuvo sentido marcharme.

Supongo que hay personas que ayudamos más y mejor cuando estamos lejos.

miércoles, 23 de marzo de 2016

De vacíos están los corazones llenos.

Encima de la mesa un cenicero lleno y un cigarro que se consume. Yo mirando a la nada, dándole vueltas a un café que hace tiempo dejó de arder. Como lo nuestro.
Fotos rotas en la papelera y restos de ti por toda la casa. No hay habitación en la que no te haya besado, no hay pared que no fuera testigo de nuestra pasión.

El calendario de la pared esta desnudo, ya no tacho los días. No quiero arrancarle hojas si no vuelvo a tener tus manos en mi cintura.

La radio sigue sonando, 8:30 de la mañana y toca nuestra canción. Quiero salir, correr entre las calles persiguiendo nuestra historia, gritar tu nombre en cada esquina. Quiero que vuelvas y me hagas sonreír.

Quiero que me quites las ojeras, me arranques el pijama y me prometas, después, que no voy a vivir ni un día sin tus labios pegados a los míos.

martes, 22 de marzo de 2016

Si te marchas...

Si te marchas, seguiré siendo yo. Un poco más rota, un poco más triste, pero con una vida entera para reconstruirme. Y sonreír.
Si te marchas, tu recuerdo me perseguirá cada noche, lloraré y querré romper todo cuando escuche nuestra canción pero no estaré en el suelo por siempre. Me levantaré más fuerte, con más ganas de comerme el mundo (y con menos de que me besen el corazón.)
Si te marchas, no vuelvas. No podré abrirte la puerta, no estaré en casa esperando tu regreso. Quizás me encuentres en algún bar bailando, pisoteando lo nuestro entre copas.

Si te marchas, yo dejaré de ser lo que tú querías que fuera y te juro que no hay nada que me vaya a sentar mejor.

domingo, 13 de marzo de 2016

El amor

Llevaban tanto vivido que el adiós parecía no llegar nunca.
Sus vidas estaban plagadas de despedidas que pronto se quedaban en amagos. Los recuerdos les impedían tomar caminos diferentes.

Un día cualquiera, él hizo la maleta y de madrugada se alejó de aquella casa. Procuró cerrar la puerta sin hacer ruido, sabia que si ella despertaba no podría dar un paso más.
La noche lo escondió entre las sombras y las lágrimas empapaban sus mejillas. No tenia donde ir, pero no podía quedarse.

Ella le buscó en la cama a la mañana siguiente y, al no encontrarle, se temió lo peor. Pronto fue consciente de que se había marchado, tal vez para siempre, pero no le llamó.
Se quedó inmóvil durante varias horas deseando convencerse de que era mejor así pero, maldita sea, ¿como algo que le causaba tanto dolor podía ser positivo?

No fue hasta años después cuando volvieron a encontrarse. Ella había recuperado la sonrisa y se mostraba más bella que nunca. Él estaba casi irreconocible tras su barba descuidada de varios días y las gafas de Sol que siempre le acompañaban. Ambos se quedaron quietos, mirándose.

- Toni, cuánto tiempo, ¿todo bien? - saludó ella con un nudo en la garganta.
- Ahora sí. - murmuró él con una sonrisa - Si no tienes nada que hacer, te invito a un café.

Ella, tras la duda inicial, aceptó. Caminaron sin a penas hablar hacia un bar cercano y se sentaron en una mesa apartada.

- Bueno Sara y dime ¿que es de tu vida?
- Me casé con Rober, no sé si te acuerdas de él. La verdad que te tengo que dar las gracias por lo valiente que fuiste... Lo nuestro ya no funcionaba, estábamos atrapados y fue lo mejor que nos pudo pasar... Te quise mucho pero todo se acaba... ¿No crees?
- Sí, supongo que sí - contestó intentando sonreír y sonar convincente.

Ella sonrió complaciente y continuó:
- Bueno ¿y tú? Deberías quitarte la barba, no te favorece nada.
- Tengo que marcharme ya, lo siento. Me alegro que estés bien, siempre ha sido mi intención.

Sin dejar que ella mediara palabra se levantó y salió por la puerta. Ella corrió detrás de él.
- Espera Toni, ¿nos volveremos a ver?
- Sólo si algún día me necesitas para ser feliz.

Comenzó a caminar con rapidez mientras las lágrimas volvían a acariciarle la cara como aquella noche fría en la que la abandono mientras se repetía constantemente: "hice bien, ahora ella es feliz y eso es lo que se merece. No podía seguir atándola a mi por mucho que la quisiera.... Por mucho que aún la quiera... Ojala hubiera podido hacerla feliz..."

sábado, 5 de marzo de 2016

Un rey de corazones y doce reinas de nada.

Me prometiste noches eternas y desayunos entre caricias cada amanecer. Juraste mil veces que yo era la única dueña de tus besos y que jamás te habías sentido tan bien. Me conquistaste poco a poco y es que nadie es capaz de resistirse a tus encantos. Colocaste una venda en mis ojos y yo era incapaz de confiar en algo que no saliera de tu boca.
Caminaba segura y feliz de tu mano. Conseguías que me creyera la reina de una ciudad que en realidad nunca me perteneció.

Un día dejé de volar en tu cielo y aterrizé de golpe en la realidad.

Me cosí entre lágrimas cada una de mis heridas, remendé la armadura que tú conseguiste romper y mi mirada cambió para siempre. Ahora no sé que hacer con todas tus mentiras. Quizás confeccione un chaleco antibalas para la próxima vez. Pero, mientras decido que hacer con todas las puñaladas, voy a pintarme una sonrisa en la cara y a fingir que ya no duelen los te quieros que me susurrabas. Esos que le gritabas a otras y que yo escuché demasiado tarde.

Lo más triste de todo, es el haber dando tanto a quien se lo daba a tantas y descubrir que la ciudad tenía por lo menos una docena de reinas que paseaban seguras de tu mano.

viernes, 4 de marzo de 2016

Cuando la vida pesa, cuando no quieres nada pero necesitas todo.

La soledad no es el problema, lo jodido es cuando te sientes sola. Esos momentos en los que el aire te falta y necesitas que alguien te escuche pero ningún contacto del móvil parece el adecuado.
Intentas contener las lágrimas y distraerte con música, pero parece que el modo aleatorio también esta en tu contra y sólo consigue que, tras varios suspiros, desistas en tu intento de volar a un mundo mejor.

Sabes que nadie tiene la culpa de tu caída repentina, así que tratas de despedirte de la forma más educada posible a pesar de que deseas mandar a todos a la mierda. Es entonces cuando enciendes un cigarro, se te escapa la primera lágrima y el teléfono suena.

No puedes evitar sonreír y esa llamada te cambia la noche.
Es jodidamente precioso cuando alguien se preocupa por ti y te ofrece su mano cuando tú sólo estas escupiéndole al mundo.

lunes, 29 de febrero de 2016

A fuego lento, quemando los malos tiempos.

Supongo que es normal que tengas miedo, que todas te han dicho que no eran como el resto y al final era cierto. Eran peores aún que la anterior.
Supongo que es lógico que te sientas a veces como un juguete si te han acostumbrado a moverte a su antojo sin importar que tú sufrieras.
Supongo que no es fácil confiar cuando tienes la espalda llena de puñales y aún quedan pedazos del destrozo que te hicieron sentir otras veces.

Pero tranquila, tengo tiempo y paciencia. Me sobran ganas para demostrarte cada día que no quiero finales a tu lado. Estoy deseando que tu niebla se disperse, que las tormentas desaparezcan y quiero conseguir que sonrías de verdad, con los ojos, desde dentro. Sé que a quien le han dañado, las palabras no le valen, pero yo tengo preparados miles de momentos para hacerte feliz. Estoy escogiendo mis mejores besos para derretir tu hielo y tengo mi espalda lista para llevarte cuando no tengas fuerzas para nada. También me he guardado en el bolsillo la lista de tus lugares favoritos para llevarte cualquier domingo por la tarde a uno de ellos y recordarte que aquí hay una persona dispuesta a todo contigo.
Tengo todo preparado para que derrotes a esa parte de ti que aún duda, desconfía y maldice su suerte.


Dame la oportunidad y cógeme la mano. Yo me encargo del resto.

domingo, 28 de febrero de 2016

Cobarde que supera miedos (si es de tu mano)

Siempre he visto el peligro acechando en cada esquina. Eso de avanzar con la vista puesta al frente y una sonrisa en los labios nunca se me dio bien. En los talones suelo llevar pegados momentos amargos que me hacen tropezar constantemente y el único refugio que encontraba era la noche y un par de canciones desgastadas de tanto tararearlas.
Deseando echar a correr, quedándome quieta. Deseando saltar, temiéndole a las alturas. Deseando huir, no salir de casa.

Entonces llegaste tú y encendiste todas las luces de golpe. Ventilaste cada parte de una mente que ya no tenia ganas de hacer limpieza. Me empujaste a la locura, me recogiste antes de tocar suelo.

Ahora no tarareo canciones, ahora las grito y las bailo. El miedo se ha tomado vacaciones y miro al futuro a los ojos llena de ilusión.

Me has enseñado a ser valiente, me has enseñado a ser yo.

viernes, 26 de febrero de 2016

Y aunque sea pasajera, que lo nuestro no lo sea.

Fue una locura viajar para encontrarte. No sabía porqué debía coger ese tren, ni que me iba encontrar al llegar, pero algo dentro me decía que tenía que hacerlo.
Y así comenzó todo, con mi valentía forzada y paseando nuestra historia de ciudad en ciudad.

Quizás esta enfermedad tenga cura y todo se quede en un casi. O quizás siga prendida de tu sonrisa hasta que tú decidas marchar para no volver y yo me quede conviviendo con tu recuerdo y noches largas y frías. O tal vez sea yo quien decida huir, tal vez sea yo quien apague la llama a soplidos de desconfianza, dudas y pasado.
Pero, desde luego, lo que creo, es que la vida nos debe una historia de esas que siempre sorprenden al contarlas y que escuchada incluso por un corazón roto, anima a volver a confiar en el amor.

No puedo cansarme de las prisas y los nervios, de tu boca en la mia, ni de tus manos jugando con mi cuerpo.
Sería absurdo negar que el miedo invade cada rincón y es que la suerte pocas veces ha estado de mi lado.

Sólo te pido que estés, que seas y que te quedes hasta que algo dentro de ti te diga que es mejor cambiar el rumbo. Sólo quiero que a mi lado seas real y que no se convierta en rutina o costumbre lo que comenzó como una aventura llena de ganas e ilusiones.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Una despedida sin adiós.

Alguien me dijo una vez que nunca le dijera adiós. Decía que sonaba demasiado triste, que parecía que nunca más nos íbamos a volver a ver. Yo le reprochaba que sólo era una palabra, que no importaba, que eso no significaba el fin.

Desde entonces he vivido despedidas en la estación sin saber cuando iba a volver a ver a la persona que se quedaba en el andén, he sufrido otras que no se produjeron pero que deberían haber ocurrido. También me he encontrado con despedidas a medias, de esas en las que no quieres hacerlo y, al final, sólo se quedan en un intento de dejar atrás.
Pero, sin duda, las despedidas que más duelen son en las que no existe un adiós. No hay nada más triste que perder a alguien para siempre y que la vida no te de la oportunidad de decir cuanto le vas a echar de menos.

lunes, 15 de febrero de 2016

Oscuridad que se hizo eterna.

Admiraba su capacidad para ser feliz con poco, valoraba mejor que nadie los pequeños detalles y podía pintar sonrisas en cualquier rostro. De hecho era una de sus aficiones preferidas, a pesar de que los golpes le habían tintado de seriedad.
Sabía querer de verdad, abrazaba poco pero sincero y quería que sus besos nunca se borraran de mi piel.

No se le daban muy bien las palabras, pero siempre sabía que decir. Le fallaban a menudo las formas, culpa quizás del camino que le tocó andar y es que todos sacamos las uñas y apretamos los dientes cuando nos sentimos amenazados. Sin embargo, bastaba con observar su mirada para saber la pureza y bondad que había en su corazón.

No mostraba su interior, y es que a nadie le gusta enseñar los destrozos. Demasiadas heridas aún por coser, demasiadas cicatrices aún por olvidar.

Tenía todo para volver a retomar el vuelo, pero las cadenas que arrastraba eran demasiado pesadas como para desprenderse de ellas.

Vivió a ras de suelo, al borde de la barra. Le enseñaron que los fuertes no lloran y cambió las lágrimas por tragos largos.
Entre copa y copa quiso cerrar capítulos y al final sólo consiguió cerrar su historia. Y marcar la mía.

domingo, 14 de febrero de 2016

San valentín. (y aunque no lo fuera.)

Dice que fui una casualidad, una muy bonita, y que en un coche hacia al norte nació nuestra historia. Que en pocos días iluminé sus rincones más oscuros y le saqué brillo a las sonrisas que tenía oxidadas. Parece ser que reviví algo en ella llamado ilusión. Que poco a poco me empecé a colar dentro, sin hacer ruido, pero dando mucho de que hablar. Que rompí sus esquemas y eso que aún no sabe que pretendo quedarme atada a su mirada durante mucho tiempo.

Tampoco sabe que ella ha engrasado mi máquina, que ha despertado la mejor parte de mi y que ya no le tengo miedo a las alturas. No tiene ni idea de las horas que paso pensando en nosotras y eso que aún sólo puedo decir que somos ella y yo. No creo que pueda llegar a imaginarse el efecto que ha tenido su entrada en mi vida, pero ha puesto patas arriba cada puto rincón de mi mundo.

Y todo eso sin saber que le he reservado un hueco preferente para que se quede mucho tiempo.

viernes, 12 de febrero de 2016

Escarcha en la mirada.

Hoy he llorado y el frío me ha congelado el alma. Cada lágrima llevaba tu nombre, cada latido un trozo de pasado. Tus palabras resonaban en mi mente y un escalofrío recorrió mi cuerpo al pasar por esa calle. Estoy llena de cortes producidos por los reveses del destino. Caprichosos son los hilos que mueven mi mundo y que siempre me llevan a bosques oscuros donde el viento arranca hojas y pedazos de mi vida.
Nunca sale el Sol en este invierno y suenan canciones para no dormir. Los sueños se tornan pesadillas cada vez que me golpea tu ausencia, y no soy capaz de encontrar un lugar donde encontrarme como en casa. Ahora entiendo que mi único hogar estaba entre tus brazos.

El reloj sigue corriendo demostrándome que el tiempo no todo lo cura y que aunque deseo gritar lo que siento, hay cosas que es mejor no decir en voz alta.

Callo mi dolor, lo escupo en el papel y me pinto una sonrisa en el rostro para que, si aún me ves, te sientas orgulloso.

jueves, 11 de febrero de 2016

Querer mucho. Querer mal. Querer a ratos.

Ahora que estás en "modo vuelo", sólo quería recordarte que te quiero, que se te ve más guapa de cerca, pero sonríes más desde que estás lejos. Nunca te sentó bien tener los pies en el suelo, normal que te cansaras de mis abrazos, descubrí que no eran de tu talla y aunque siempre quise quitarte lastre, acabe siendo la peor de tus cadenas.
No quería hacer de nuestro amor tu prisión, ni pretendía que mis promesas se rompieran. No planee un final precipitado, ni este giro en el guión que cambió todos los planes.
Yo solo quería quererte y que me quisieras.
Yo sólo quería volar contigo, pero ir a ras de suelo es demasiado poco comparado con tu altura.

Y me besabas y rompías cerrojos. Y me mordías y todo tenía más sentido.

Ahora ya es tarde para seguir escribiendo nuestra historia, aquella que empezamos entre folios manchados y rotos. Ahora ya es tarde para buscar culpables y aún lo es más para encontrar soluciones.
Ahora aléjate de mi, de mi veneno y de todas las noches que lloraste sola.
Ahora te toca ser feliz pero, por favor, no me olvides.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Ignorando las señales, deseando tu sonrisa.

Me gustaría poder abrazarte los miedos y romperlos. Besarte cada una de tus cicatrices para que jamás vuelvan a doler y acariciarte las heridas hasta que las dejes de sentir. Querría poder sacarte sonrisas en tus peores días y que me dejaras cargar con tus problemas cuando tu espalda no aguante más peso.
Siento que mis ganas de ti están superando a las dudas y que ya no hay señal de stop que consiga detener esto. Aún leo avisos de "cuidado", "peligro", pero el deseo de entrar en tu vida para quedarme no tiene freno.

Y en noches así me doy cuenta de que ya no hay más caminos que los que me llevan directos hacia ti.

martes, 9 de febrero de 2016

Y ahora, olvid-arte.

La inspiración se posó en tu boca. Escribí los mejores versos entre tus piernas y cada caricia a media luz componían una melodía perfecta.
Recité en tu paladar todos mis poemas y pinté cada constelación en tu espalda desnuda, como si fuera necesario retocar un cuadro perfecto.
Fotografíe todas tus sonrisas y las guardé en mi colección de "maravillas del mundo."
Y, de repente, un suspiro. Un suspiro que significaba el fin y la quema de todo el arte.
Hicimos magia, lo fuimos todo, pero no lo suficiente como para que decidieras quedarte.

Ahora soy poeta de medianoche, que cierra bares apestando a humo y pasado. Soy aquel que vaga por las calles peleándose con las sombras y que golpea cada farola con la rabia y la frustración de quien apostó todo a una carta y perdió.

Ya no verás sonrisas en mi rostro, ni poemas de amor esparcidos por los muros de una ciudad que un día gobernamos juntos.
Ahora sólo quedan los restos de una cena para dos, velas apagadas en la mesa del salón y mi mirada rota y ciega de dolor sumergida en el vidrio.

Amores pasajeros.

Amores pasajeros con más peajes que sentimientos. De esos que te salen caros con el tiempo, de esos que cada frontera que pasas te hacen perder algo bueno.
Amores pasajeros con más palabras que hechos. De esos que endulzan los oídos y secan el corazón.
Amores pasajeros que son espejismos en el desierto. De esos que cuando crees que ya lo has conseguido desaparecen, que paso a paso se alejan de ti como el horizonte.
Amores pasajeros de dos cañas y tres besos. De esos que te dejan buen sabor de boca y restos de dolor en el cuerpo.
Amores pasajeros de los que de amor no tienen nada y de duradero menos.

lunes, 8 de febrero de 2016

Desde que te fuiste.

Desde que te fuiste el silencio duele más de lo normal, los vasos están siempre medio vacíos y las copas no saben a felicidad. Desde que te fuiste miro más al cielo, se me arruga la sonrisa si la Luna no brilla y la vida pesa el doble.
Aún busco por las calles tu silbido, aunque lo único que llega es el viento y el eco de un pasado que me pisa los talones. Intento escapar de él, pero el humo del tabaco no es buen disfraz. Al final los recuerdos me arrinconan, me presionan y me ahogan.

Desde que te fuiste no hay salida de emergencia, no hay semáforos en verde, no hay rutas alternativas.
Desde que te fuiste, tuve que aprender a convivir con tu ausencia y, aunque sea dama silenciosa y cercana, creo que nunca nos llevaremos bien.

domingo, 7 de febrero de 2016

Perdiendo el norte, encontrándote a ti.

Tengo grabado en mi mente el mapa de tu cuerpo, el recorrido de tu casa y los pasos que separan el sofá de la ventana.
Tengo grabado a fuego tus besos y caricias, contados tus lunares y grabados bien dentro todo lo que me hiciste (haces) sentir.
Sigo pensando que las mañanas son más tristes desde que no me despiertas y es que no hay nada más dulce que tus labios para retomar el sueño.

Miro fotos, sonrió y recuerdo. Que bonito es el norte cuando te tratan bien.

Todo tiene más color desde que apareciste en mi vida y las fuerzas flaquean menos desde que he probado tus abrazos.
He de reconocer que llevo días pensando en el futuro y que deseo coleccionar momentos a tu lado.
También reconozco que le temo a cada uno de los kilómetros que nos separan, que le temo al reloj y a cada uno de los minutos que no puedo estar contigo y, porqué no decirlo, le temo también al viento. Ese viento que arrastre tu sonrisa a otra cama, a otra chica, a otros besos, y pisotee lo nuestro como si de una historia cualquiera se tratara.

No quiero ser papel mojado entre tus dedos, no quiero que seas arena que se me escapa de las manos en el peor momento. Quiero que seamos, que estemos y que no existan más amaneceres si no es con tu cuerpo desnudo enredado en la cama.

sábado, 6 de febrero de 2016

1/2

Un abrazo tan nuestro que ni las lágrimas se atrevieron a interrumpirlo. Disfrazados de valientes, aunque muertos de miedo, nos agarramos a ese instante como si el fin no fuera a llegar nunca.
Éramos dos corazones bombeando tristeza.

Fue la primera vez que nuestros ojos hablaban con tanta sinceridad.
Sin palabras supimos que la vida no nos daba más oportunidades... Quizás por eso no me soltabas, quizás por eso yo apretaba con tanta fuerza. No queríamos perdernos, y es que nadie puede ser feliz si le arrancan una mitad.