Siempre he visto el peligro acechando en cada esquina. Eso de avanzar con la vista puesta al frente y una sonrisa en los labios nunca se me dio bien. En los talones suelo llevar pegados momentos amargos que me hacen tropezar constantemente y el único refugio que encontraba era la noche y un par de canciones desgastadas de tanto tararearlas.
Deseando echar a correr, quedándome quieta. Deseando saltar, temiéndole a las alturas. Deseando huir, no salir de casa.
Entonces llegaste tú y encendiste todas las luces de golpe. Ventilaste cada parte de una mente que ya no tenia ganas de hacer limpieza. Me empujaste a la locura, me recogiste antes de tocar suelo.
Ahora no tarareo canciones, ahora las grito y las bailo. El miedo se ha tomado vacaciones y miro al futuro a los ojos llena de ilusión.
Me has enseñado a ser valiente, me has enseñado a ser yo.
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