lunes, 8 de febrero de 2016

Desde que te fuiste.

Desde que te fuiste el silencio duele más de lo normal, los vasos están siempre medio vacíos y las copas no saben a felicidad. Desde que te fuiste miro más al cielo, se me arruga la sonrisa si la Luna no brilla y la vida pesa el doble.
Aún busco por las calles tu silbido, aunque lo único que llega es el viento y el eco de un pasado que me pisa los talones. Intento escapar de él, pero el humo del tabaco no es buen disfraz. Al final los recuerdos me arrinconan, me presionan y me ahogan.

Desde que te fuiste no hay salida de emergencia, no hay semáforos en verde, no hay rutas alternativas.
Desde que te fuiste, tuve que aprender a convivir con tu ausencia y, aunque sea dama silenciosa y cercana, creo que nunca nos llevaremos bien.

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