Me gustaría poder abrazarte los miedos y romperlos. Besarte cada una de tus cicatrices para que jamás vuelvan a doler y acariciarte las heridas hasta que las dejes de sentir. Querría poder sacarte sonrisas en tus peores días y que me dejaras cargar con tus problemas cuando tu espalda no aguante más peso.
Siento que mis ganas de ti están superando a las dudas y que ya no hay señal de stop que consiga detener esto. Aún leo avisos de "cuidado", "peligro", pero el deseo de entrar en tu vida para quedarme no tiene freno.
Y en noches así me doy cuenta de que ya no hay más caminos que los que me llevan directos hacia ti.
¡Qué bonito! Un amor sufrido de estos que tanto nos gustan ver y leer, pero tan poco nos gusta sentir. Un besote
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