sábado, 7 de mayo de 2016

Hubo. Tuve. Llevé. Planeé. Esperé. Siento.

Ya no habrá más despedidas en las estaciones, ni arrastrar de maletas por el andén. Ya no tendré besos de madrugada, ni vistas al mar con tu mano en mi cintura. Ya no te llevaré el desayuno a la cama, ni mi mejor sonrisa al bajarme del tren. Ya no planearé veranos contigo, ni paseos por la ciudad que desembocan en lugares mágicos. Ya no esperaré tus buenos días en mi móvil cada mañana, ni que el tiempo corra para acariciar tu piel.

Ya no habrá miradas cómplices, ni abrazos que parten en dos. Ya no tendrás a quien te espere en casa, ni a quien busque cualquier excusa para escuchar tu voz. Ya no me llevarás de la mano por las calles, ni el cigarro de después a la cama. Ya no planearás sorpresas para mi, ni la forma de compartir nuestra vida. Ya no esperaras mis buenas noches en tu móvil cada día, ni que el tiempo se frene para seguir acariciando mi piel.

Me has quitado todo para no quedarte con nada y, a ver como le explico yo a lo que late, que fue buena decisión partir, aunque quería quedarme.

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